Alimentos enemigos del vino

El ajo es uno de los grandes enemigos, ya que sus aromas enmascaran todos los aromas del vino, en presencia de los tintos los taninos se vuelven amargos y duros.

La cebolla, la acidez se impone sobre a los aromas a pesar que de ser menos agresiva que el ajo.

EL AJO Y LA CEBOLLA

El ajo es uno de los grandes enemigos, ya que sus aromas enmascaran todos los aromas del vino, en presencia de los tintos los taninos se vuelven amargos y duros.

La cebolla, la acidez se impone sobre a los aromas a pesar que de ser menos agresiva que el ajo.

El vinagre o en vinagreta debemos saber que su acidez que esta presente suele perturbar el débil equilibrio que existe entre los taninos, el dulzor y la acidez del vino.

Las alcachofas, apio, berro y espárragos estos alimentos poseen cinarina, un componente químico que afecta al paladar. El sabor que el vino adquiere en nuestro paladar es dulce o metálico y en algunos casos muy amargos.

El Chocolate y los huevos estos alimentos nos embotan la lengua y "anestesian" nuestras papilas gustativas, debido a que su tenor graso recubre el paladar. Para lograr una unión pareja, nada mejor que evitar los vinos frescos, ácidos o blancos. Y de los tintos, elegir un buen vino, robusto pero amable, para equilibrar textura y sabor.

Definición de retrogusto

El retrogusto (denominada también sensaciones terciarias) es la persistencia de una sensación de sabor de algunos alimentos tras haber pasado por la boca (en general por la lengua) y estar ya fuera de contacto de las papilas gustativas.


  • El retrogusto junto con el gusto son las dos sensaciones importantes en los análisis sensoriales realizados en la cata de alimentos.

Procesos que sufren los alimentos

  • Trituración por masticación.
  • Extracción de los líquidos.
  • Deslizamiento hacia el esófago del bolo alimenticio.
  • Deglución.

Una vez que el alimento ha pasado su ingreso al esófago, se establece el circuito respiratorio, el aire expandido atraviesa la cavidad bucal y se impregna con los aromas y olores del producto que se ha ingerido, arrastrando estas sustancias hasta la fosa nasales, donde estimulan las neuronas olfativas.